Salimos muy temprano de Lima en autobús pasando por la Panamericana. Si. No es la canción que piensas….es la autopista más importante de Sudamérica. En unas 4 horas estaríamos en Pisco.
Pelícanos
Pisco en una pequeña población costera, muy agradable en la cual nada más llegar vimos que el animal de compañía que predominaba era el pelícano. Montones de pelicanos esperando la llegada de barcas o simplemente paseando cerca del mar. Dejamos el equipaje en una casa particular que nos dijeron en la agencia y así pudimos hacer la excursión sin él. La primera excursión era un recorrido por las islas Ballestas.
Islas Ballestas
Lo primero que puedes ver es el famoso Candelabro. Un geoglifo esculpido en la ladera de una pequeña montaña que verás fácilmente desde la embarcación que te hace el recorrido. Con la imagen del Candelabro te podrás hacer una idea de las líneas de Nazca, si has decidido que ese será tu próximo destino en Perú.
Camino a islas Ballestas
El candelabro
Las islas Ballestas solo están habitadas por aves como gaviotas, cormoranes, pelícanos… y montones de lobos marinos. Colonias enteras de lobos que puedes ver fácilmente en el mar y en las pequeñas playas de las cuales se han hecho los amos y señores.
Impresiona ver tanto lobo marino, acampando a sus anchas en pequeñas rocas y playas de estas islas.
Aves en Ballestas
Te quedarías todo el día disfrutando de estas islas y los lobos marinos. Pero nos esperaban más cosas para ver en los alrededores. Tras unas horas en la embarcación,volvimos a tierra y desde allí nos llevaron en un auto, a ver la Reserva Nacional de Paracas.
Parque Nacional de Paracas
Un desierto inacabable, y zona más calurosa e inhóspita de todo el Perú.
Desierto Paracas
Hace millones de años estaba bajo el mar, hasta que éste se evaporó y quedó un desierto de sal y arena. Un paisaje blanco y amarillo que merece la pena ver y en el que te sentirás como en otro planeta. Por cierto. No olvidéis protección solar, aquí el sol pega como si no hubiese un mañana. Nosotros llevamos camiseta de manga larga pero nada para el cuello. Adivináis que es lo que me quemé? Dicho está.
En seguida nos llevaron a ver La Catedral. En el 2005 aún se podía visitar. Un terremoto a finales del 2007, acabó por sumergirlo bajo el mar y solo se puede ver alguna roca importante en alguna playa de la cercanía.
La Catedral
Su nombre venia por la semejanza de este enorme acantilado, a una catedral. Estaba situado en una playa del parque.
De ahí nos llevaron a una de las playas más bonitas que jamás he visto. La Playa Roja.
Arena totalmente roja y volcánica que junto al azul del mar y al amarillo del acantilado, le hace tener una gama impresionante de colores, que me río yo de la paleta de un pintor. Me pareció espectacular. Y aún tuvimos tiempo de pegarnos un pequeño baño en la orilla solamente. A día de hoy creo que ya está prohibido bajar y mucho menos bañarse. Pero la Playa Roja siempre estará en mis retinas. Algún día me gustaría volver. Inspiración para alguna de mis pinturas muchos años después.
Y tras ver algún paisaje de dunas más y más desierto volvimos a Pisco. Recogimos el equipaje y nos llevaron a Ica. Una ciudad que en el 2005, no tenía gran cosa para ver. Todas las casas disponían de rejas en puertas y ventanas debido a la inseguridad de la zona. Eso nos dijeron.
Pero a día de hoy supongo que habrá cambiado algo. A parte de quedar medio destruido por el terremoto del 2007, y que a día de hoy todavía se están reconstruyendo sus edificios. En las cercanías de encuentra uno de los sitios que visitar más curiosos. Lo dejamos para el día siguiente.