Día 5 Isla de Ciovo – Sibenik

Tras dejar atrás las montañas de Plitvice y sus lagos, seguimos ruta de nuevo hacia la costa de Dalmacia, llegando hasta casi Sibenik. A unos 6 km de la ciudad, se encuentra el municipio de Bilice, donde hemos reservado en los Apartments Antonia. Aquí pasaremos un par de noches más. Hemos dejado todo en el coqueto apartamento y nos hemos ido en busca de una playa.

Hemos decidido ir a la isla de Ciovo. Otra de las islas a la que se puede llegar en coche a través de un puente que une el pueblo de Trogir con Ciovo. Estaba un poco nublado y no sabíamos si podríamos hacer playa, pero nos hemos lanzado tal cual. He de decir que al principio la isla no me decía nada. El paisaje un poco normalito, y las casas más bien feas. Pero a medida que te vas adentrando va cambiando el paisaje y ya se ven muchos pinares y la playa. Nos dirigíamos hacia el pueblo de Slatine. Nos habían dicho las amigas de ayer, Yara y Noemí, que las playitas eran muy chulas y que era de lo que más les había gustado. A nosotros que nos gusta improvisar mucho….nos hemos dejado llevar.

Primero nos hemos encontrado con el municipio de Mastrinka, y ahí hemos empezado a ver pequeñas playitas de piedras pero muy chulas. También había construidos pequeños espigones desde dónde tirarse al mar. Además aquí se concentra el mayor número de chiringuitos, dónde tomar y poder comer. El ambiente que hemos visto era más bien familiar y de parejas, pero muy tranquilas y nada llenas. Esto es algo que me sorprende aunque me encanta.

En cuanto acaba este municipio, empieza el de Slatine, donde no hemos visto apenas chiringuitos y los espigones dejan paso a pequeñas calas de piedras junto a un camino de tierra, donde poder dejar el coche donde más te guste.

una vez acaba la carretera, sigue un camino de tierra con pequeños baches que hace que tengas que conducir despacito. Y al poco hemos visto una calita que nos ha parecido que estaba bien.

Justo en ese momento se ha nublado más hasta el punto de no saber si iba a llover.

Aún así, y aprovechándonos de mi buena suerte, al final no ha llovido. He aprovechado para hacer unas bonitas fotos con la gama de colores que veían mis ojos.

Al poco rato ha salido el sol y nos hemos quedado solos en la playita, así que el muá, ha hecho nudismo, y al agua que he ido.

El agua es tan transparente que no he podido posar de rodillas pues se me vería lo que no debería jejeje.

Así que tras varios chapuzones hemos dejado la playita de Kava y seguimos ruta.

Hemos llegado a Sibenik, una población que nos ha deslumbrado por su belleza y eso que no esperábamos gran cosa. La Catedral de St James es Patrimonio Mundial de la Humanidad y dios!!! Cuando la hemos visto hemos alucinado. Qué belleza!!!!

Acabada de construir en el siglo XVI, en piedra blanca y junto al mar. Bien podría ser la catedral de Santa María de Barcelona . Dos naves laterales y la central.

Estaba en obras pero aún así se podía apreciar su belleza.

De ella, destacan las decenas de cabezas esculpidas que expresaban los temores de sus gentes.

Destaca también la puerta del León, en el lateral, flanqueada por dos leones que a su vez sostienen las figuras de Adán y Eva.

Y por último su puerta principal, donde se muestran los doce apóstoles.

Otra de las cosas que puedes hacer en Sibenik, es perderte por sus callejuelas a cada cual más bonita. Todas empedradas de blanco y con rincones preciosos.

Sus plazas no son menos. Pequeñas plazetuelas donde cenar, o perderte sin más.

Destaca la Plaza de la República, donde se encuentra el Ayuntamiento con dos escaleras a cada lado, donde seguir callejeando. También es la plaza donde encontrarás la puerta del León.

El convento de San Francisco, es una iglesia-convento-museo que también te encontrarás callejeando.

Es del siglo XIII y bien merece una visita.

Subiendo las calles y escaleras llegas a la Fortaleza de San Miguel. Una fortaleza tal cual, dedicada ahora a realizar conciertos y espectáculos, y desde dónde se ven unas vistas preciosas de toda la ciudad, y de la desembocadura del río Krka.

Ya sólo solo nos quedaba ver el atardecer , tomando una cerveza y disfrutando del la Catedral de St James.

Buscamos un sitio para cenar. Ya lo habíamos pensado al ver está callejuela con mucho encanto y con vistas a una iglesia preciosa también.

Así que fuimos hasta allí de nuevo y nos dieron mesa para cenar. Qué lujo!

Así acabó un día genial y con la sensación de haber visto una ciudad de la que no esperábamos nada, y dejarnos completamente enamorados. Sibenik pasará a ser uno de esos sitios con mucho encanto, donde recordar y quizás volver algún día. Ojalá!

Día 4 / Día 6