Día 10. Yala-Tissa.

Hoy tocaba madrugar y empezar otro safari pero está vez al amanecer. En el hotel nos sirvieron el desayuno en forma de bolsa de picnic, que nos llevamos en el jeep. De nuevo puntuales a la cita para empezar el segundo safari a las 6 de la mañana, justo al amanecer. Esta vez creímos que no nos sorprendería tanto, pues ya habíamos visto los paisajes, así que solo pensábamos en ver un leopardo y muchos otros animales. Pero finalmente nos equivocamos y aún vimos algún paisaje nuevo, que nos volvió a emocionar. No hay que olvidar que Yala está en el sureste de la isla y que además se sitúa junto al mar. Pues bien, nos llevaron a la una playa virgen que si la tuviésemos en el Mediterráneo, quizás presumiríamos de tener una de las mejores playas.

En esta playa murieron unos cuantos turistas cuando el Índico se transformó en un tsunami. Y se realizó una escultura en sus nombres. Lo encontrarás en la parada que te harán en la playa.

Mientras amanecía empezamos a ver de nuevo animales, algunos no los habíamos visto la tarde anterior.

Pero lo que más nos sorprendió es ver una de las especies endémicas de Sri Lanka. El oso labiado. Ya habíamos visto uno el día anterior pero estaba subido en un árbol y muy lejos como para ser captado.

Mientras el oso desayunaba pequeños insectos en la tierra, se volvió inmune a los muchos jeeps que nos encontrábamos en el camino contiguo viendo y disfrutando del momento. Así que al final no pudimos ver al leopardo pero si al oso labiado. Realmente tuvimos mucha suerte. No lo olvidaremos nunca.

Tras el safari, volvimos de nuevo al hotel y hacer más piscina. Por la tarde iremos a la población de Tissamaharama para ver un poco lo que hay por allí.

Ya por la tarde y antes de que anochezca, decidimos ir caminando desde el hotel hasta Tissa. Son 4 kilómetros por la carretera principal y queríamos ver una gran estúpa que habíamos visto al llegar. Así que cámara en mano, comenzamos a caminar. La humedad era patente pero ya nos daba igual. En el camino pudimos ver campos de arroz, y hombres trabajando en ellos.

Fuimos bordeando el lago Yoda, hasta que llegamos a la ciudad de Tissa. Nos dirigimos a la estúpa pero estaban a punto de cerrar y no pudimos verla bien. En los alrededores muchos cuervos expectantes. Y la vuelta la hicimos en tuk tuk. En el hotel Tahulle Resort tienen por costumbre hacer las cenas en el jardín a la luz de las velas. Así que cenamos en el jardín tan ricamente y dimos por finalizada nuestra estancia en este maravilloso hotel y en Tissa.

Tissa es una población que se encuentra a orillas del lago Yoda. Así que si dispones de más tiempo, en los hoteles se pueden alquilar bicicletas a muy buen precio y hacer excursión siguiendo la carretera y bordeando el lago. Las vistas son espectaculares y además no tendrás problema con el tráfico pues no hay demasiado. También nos aconsejaron hacer un paseo por el lago Yoda al atardecer o amanecer. Nosotros no lo hicimos pues estaba bastante nublado y no lo hubiéramos saboreado del todo. Pero en cualquier hotel o agencia te reservan la excursión que haga falta, así como hacer los safaris si no los tenías reservados. En definitiva, Tissamaharama, es un lugar para el relax y descanso a parte de hacer safaris y poder ver dos parques Nacionales muy importantes en el país. El parque nacional de Yala y el parque nacional de Udawalawa. Este último muy cercano a Tissa y dónde también puedes ver animales en su hábitat. Nosotros de nuevo por tiempo, no pudimos visitarlo. Pero lo dejaremos para la próxima.

Día 9// Día 11