Día 5. Sigiriya-Dambulla-Nalanda Gegide-Kandy

Sin madrugar mucho nos despedimos de Sigiriya rumbo a la ciudad de Kandy, pero antes visitaremos los templos de Dambulla y Nalanda Gegide.

A una hora de Sigiriya más o menos, se encuentran los templos de Dambulla, los cuales están en el interior de 5 cuevas. Pero antes encontrareis el templo dorado o Golden Temple. Una especie de templo decorado con una figura de Budha enorme y completamente dorada. En la parte inferior a la figura se encuentra un museo del budismo.

Desde aquí se puede acceder a los templos de Dambulla, pero el taxista nos lleva en coche hasta otra entrada. Allí nos esperará hasta que volvamos.

Dambulla es como un monasterio budista, construido bajo una roca que dan acceso a cinco cuevas, donde podemos ver estatuas de Budha, de Vishna y algunas estatuas de reyes cingaleses.

La verdad es que nos sorprendió mucho. No esperábamos tanta belleza en tan poco espacio. Pinturas budistas en los techos de las cuevas y un montón de imágenes de Budha en diferentes posturas.

Para llegar hasta el templo hay que subir una larga escalinata desde la que se puede ver una vista espectacular de la isla. Al llegar, de nuevo habrá que dejar el calzado e ir vestido adecuadamente. Si podéis llevar siempre un pareo encima, hará las funciones de pantalón largo y podréis ir de corto durante el resto del día. Recuerda que el calor es bastante húmedo. Y en las cuevas la humedad sube un poco más.

El hecho de estar en cuevas estas figuras, hacen del templo de Dambulla, un lugar de culto y misticismo, casi único en Sri Lanka. Una joya para recordar siempre.

Al acabar la visita volvimos a bajar por las escaleras y sabíamos que nos esperaba un super refresco antes de continuar la ruta. En la explanada de la entrada hay varios kioskos donde podrás tomar algún zumo natural o refresco. Para la subida recomiendo llevar agua.

Continuamos ruta hacia Kandy, pero antes haríamos una parada para ver un templo hindú, probablemente el más antigua de toda Sri Lanka. Es una construcción en piedra muy al estilo de los templos de Angkor. No te has de alejar mucho del camino a Kandy, y merece la pena. Además es gratuito y no necesitas mucho tiempo para verlo.

Tras media hora, volvimos al taxi e iniciamos camino a Kandy. Una ciudad llena de vida, a pie de las tierras altas.

Y por fin llegamos a nuestro segundo hotel. El Cinnamon Citadel, en Kandy.

Nos despedimos de nuestro taxista Chami, con el que estuvimos desde el primer día y nos adentramos en el hotel, donde nos esperaba una piscina con vistas a un río que pasa por Kandy. Nos pegamos un baño y al rato empezó a nublarse hasta que empezó a caer una trompa de agua impresionante. Y así casi toda la tarde. Entre eso y el toque de queda, no pudimos ir a la ciudad ese día. Así que lo dejaremos para mañana.

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