Ta Prhom Wat, es un templo Jemer de finales del siglo XII. El templo sirvió como monasterio budista.
Es de los pocos monumentos o templos de Angkor que no ha sido liberado de los árboles y raíces que lo envuelven. Cuando se encontraron a finales del XIX, decidieron guardar este tal cual, para hacernos una idea de cómo era el estado de todos los templos en el momento de encontrarlos. Y así ha perdurado hasta hoy en día, aunque apoyados algunos muros con andamios, por su estado.
La simbiosis entre Naturaleza y ruinas, hace que sea uno de los templos más visitados de todo el parque arqueológico de Angkor. Además se hizo más famoso por salir en la película Tomb Rider.
Pertenece al estilo bayon que es el último periodo de la arquitectura Jemer y fue construido en piedra de arenisca.
Se está estudiando el tema de bajar el número de visitantes debido al estado de conservación. A ver si es verdad que lo hacen.
Tras visitar este maravilloso templo continuamos viendo algunos de menor importancia pero interesantes por el estilo de construcción. El primero fue Banteay Kdei Wat.
Es un templo budista que ha sido restaurado en alguna de sus partes pero aún sigue bastante deteriorado.
A continuación nos llevaron con el tuk tuk al Phimeanakas Wat.
Es un templo hinduista que formaba parte de la sede real del monarca.
Construido en piedra de arenisca. Es una construcción troncopiramidal de 12 metros de altura.
Y por último visitamos la Terraza de los Elefantes.
Denominada así por los relieves que hay en el muro que forma su base.
Se usaba como escenario para las ceremonias reales, que se celebraban cuando se había conseguido alguna victoria en alguna batalla.
El Rey miraba el desfile desde el centro de la terraza mientras las concubinas bailaban a ambos lados de la terraza.
Se encuentra una réplica del Rey Leproso, como se conoció. La original está en un museo.
Todavía tuvimos tiempo para ver un pequeño templo, que se llegaba por una pasarela de madera.
El templo era pequeño pero las vistas alrededor de él era preciosas.